Clásico, clásico, clásico, una palabra que de solo mencionar, leer o escuchar, hace que cualquier referencia a un partido de futbol, tome otro rumbo. Para muchos los tres puntos pasan a segundo plano, si se juega bien o mal que importa, aquí lo más importante es ganar.
Y es que no nos digamos mentiras, todos tenemos un amigo hincha del rival de patio, ese fastidioso que (si tienen la suerte de ganarnos) nos coge de tema todo el resto del año y que no nos suelta hasta el próximo partido, aquél que por momentos llegamos a odiar, solo por restregarnos la derrota y por burlarse de nosotros cada que se acuerde del partido, ese mismo que cogemos de parche, cuando la suerte nos sonríe y que le estamos recordando la última derrota cada que lo vemos, al que le decimos con orgullo, “hemos ganado más clásicos que ustedes” pero que siempre tienen como excusa decir: campeones en tu cara, olvidándose que la primera vez fue aquel diciembre del 94,cuando Juan Pablo nos puso a celebrar en el último minuto y por primera vez campeones en la cara del rival de patio.
Eso y mucho mas es lo que se juega en un clásico, es que no es el partido, es el orgullo de cada uno, es no querer que el del frente se ría a costa de tu sufrimiento, es que la semana se vuelve más larga que nunca cuando perdemos un clásico y sé que a muchos nos pasa, que no queremos saber nada de futbol por esos días.
Un clásico donde los equipos llegan con dos entrenadores hechos en la casa y que tienen algo en común, técnicos sin carisma ni liderazgo, hombres que a pesar de llevar tanto tiempo en sus equipos, no cuentan con el respaldo unánime de las hinchadas, queridos por unos, resistidos por otros.
Un José Fernando Santa, con cumpleaños a bordo, ojala y los cumpla feliz, por supuesto con una victoria y que anuncia el regreso a la línea de 4, después de ensayar otros módulos que no pudo ensayar en la pretemporada por falta de tiempo, supongo. Esperemos que sea un feliz cumpleaños para el dt y una alegría grande para toda la fanaticada verde, que por lo que se viera en los expendios, colmara las gradas del Atanasio.
Ah y volviendo al tema de la línea de cuatro, me parece que el problema no es el modulo defensivo en sí, son los jugadores para dichos módulos, el jugar con línea de cuatro no garantiza la mejoría inmediata de la defensa y más cuando solo se juega con un volante de recuperación, porque Patiño no es para jugar en esa posición, Palomino queda muy solo y además en defensa no hay un jugador que inspire respeto, porque la verdad, hasta ahora los dos centrales contratados dejan más dudas que otra cosa. Afortunadamente tenemos un buen volumen de ataque, del medio para arriba somos un equipo muy peligroso, los argentinos están enchufados y junto a Dorlan y a Ibarbo, meten miedo a cualquier defensa.
Esperemos que al final solo sea alegría verdolaga y podamos celebrar y quitarnos de encima esa casi paternidad de los últimos partidos.
¡VAMOS NACIONAL, QUE ESTA TARDE………………………, TENEMOS QUE GANAR!
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